Antes los fanáticos debían correr con la suerte de viajar o tener un amigo que viajara a la ciudad de donde el equipo era oriundo para comprar la camiseta oficial de un equipo extranjero. Dio el primer paso tras saber ganador fundiéndose en un abrazo con sus dos oponentes , Víctor Font y Toni Freixa, escenificando lo que debería el final de las guerras intestinas y los ‘ismos’ tan arraigados del barcelonismo.