Nadie sabe qué habría sido de él si, como tantas veces en la sala de prensa ha recordado Diego Pablo Simeone, su mentor, con el que ha disputado 515 de los 552 partidos que suma hasta el momento, se hubiera marchado al Málaga en aquel invierno de 2011. O si, antes de viajar a su primer Mundial (Brasil 2014), hubiera aceptado el desafío de ser el heredero de Xavi Hernández en el Barça.